viernes, 23 de noviembre de 2012

Una vergonzante amnistía fiscal


Imagino a los lectores de este blog más o menos al corriente de las diferencias internas que ha originado dentro del PSOE de Castilla y León el pacto político firmado el pasado 10 de octubre entre el secretario autonómico socialista, Julio Villarrubia, y el presidente de la Junta, Juan Vicente Herrera.



Julio Villarrubia y Juan Vicente Herrera
Viendo las compulsivas ganas de firmar ese acuerdo que mostraba Villarrubia, escribí días antes de su rúbrica sobre el balance altamente negativo que han tenido para los socialistas el conjunto de pactos alcanzados con el gobierno de la comunidad desde que el PP se instaló en la Junta de la mano de José María Aznar. Si exceptuamos tal vez la reforma estatutaria de 1999, positiva en sí para la comunidad, la inmensa mayoría de los acuerdos han beneficiado exclusivamente al PP, en ocasiones debilitando aún mas a la maltrecha oposición socialista. Se pueden poner infinidad de ejemplos, y no todos conocidos, ya que ha habido mucho pactito secreto e inconfesable, sobre todo en las etapas de Ángel Villalba y Óscar López. Y como enseguida veremos Villarrubia no ha empezado precisamente con el mejor pie.

Tanto por sus contenidos como por la opacidad de la negociación, el pacto ha enrarecido el ambiente entre la propia “nomenclatura” del PSCyL, dando pábulo externo a la discrepante bicefalia Villarrubia-López, esto último para mayor regodeo del PP. Pero lo mas chirriante de todo es el oscuro acuerdo secreto que aparece en la gestación del pacto. Corría el mes de junio cuando, en una de sus primeras reuniones con Herrera, éste le vende al nuevo secretario autonómico del PSOE la posibilidad de promulgar de tapadillo una amnistía fiscal que permita regularizar determinada herencia no declarada a la Hacienda autonómica. Y he aquí que. mientras el PSOE de Rubalcaba echa pestes de la amnistía fiscal del gobierno Rajoy, resulta que Villarrubia compra la que le vende Herrera, eso sí, edulcorada con la condición de que lo que se recaude se destine a financiar un plan region
 al de empleo.

Naturalmente, dicho enjuague no se da a conocer a la opinión pública. La amnistía fiscal se camufla en una disposición final de la ley de acompañamiento de los Presupuestos de la Comunidad de 2012, la ley 4/2012 de medidas financieras y administrativas, aprobada por las Cortes el pasado 12 de julio. Consiste en una bonificación especial, y con carácter retroaactivo desde 2008, destinada a regularizar la situación de los sujetos pasivos "que estén situados en el extranjero y no hayan presentado la autoliquidación correspondiente" del Impuesto de Donacines y Sucesiones

¿Para quién se corta ese traje a medida? Enseguida trasciende que el asunto está relacionado con la familia de origen leonés antigua propietaria del grupo Modelo, fabricante de la mundialmente conocida cerveza Coronita. Y mucho antes de que concluya el plazo (31 de octubre pasado) para acogerse a esa “bonificación”, ya se cuantifica en 47 millones de euros la cantidad que ingresará dicha familia en las arcas de la Junta. De hecho, el procurador leonesista Alejandro Valderas maneja esa cuantía al preguntar en el pleno de las Cortes del pasado 17 de octubre por la identidad de dicho contribuyente, extremo que la consejera de Hacienda, Pilar del Olmo, no reveló, aduciendo su deber de guardar la confidencialidad del dato, así como que en ese momento el plazo fijado no había concluido.

 

Por las razones que sean, tampoco difíciles de imaginar, sobre el asunto se ha extendido un espeso manto de silencio, sin que ningún medio haya desvelado con detalle la historia. Hay quien relaciona el asunto con la herencia de Rosario González Díez, cuñada de Antonino Fernández, el gran factótum del emporio Coronita, y madre de Carlos Fernández González, el último presidente y director general del grupo Modelo. Rosario González, sobrina a su vez de Pablo Díez, el leonés de Vegaquemada fundador del grupo cervecero mejicano, falleció el 11 de agosto de 2009. Otros creen que la amnistía fiscal de la Junta puede guardar relación con la venta del grupo Modelo a la multinacional ABInBev (Budweiser, Stella Artois, etc.), operación culminada el pasado junio y por la cual los accionistas mejicanos percibieron 20.100 millones de dólares (15.900 millones de euros).


2005: J.V. Herrera visita la factoría Coronita
La relación de la Junta con los leoneses dueños de Coronita no viene de ahora. En 2004 Antonino Fernández, presidente de Modelo desde 1971, recibió el premio “empresario de Castilla y León en el mundo”. Y a finales de agosto de 2005 Antonino tuvo ocasión de mostrar su factoría cervecera en Ciudad de Méjico a Juan Vicente Herrera, esos días de viaje oficial al país azteca. (Fue ese mismo viaje en el que anunció la entrada del grupo de supermercados “La soriana en el accionariado de “El árbol”, operación de la que nunca más se supo). El gran magnate de Coronita y su esposa mantienen desde 2008 la Fundación “Antonino y Cinia”, ubicada en las antiguas escuelas de Cerezales del Condado, la localidad leonesa desde la que emigró a México de la mano de Pablo Díez, tío carnal de Cinia.


La referida amnistía fiscal es el origen y palanca del pacto alcanzado entre Villarrubia y Herrera, y la fuente de financiación de ese cacareado plan regional de empleo firmado a su vez entre la Junta y los agentes sociales con una dotación de 30 millones de euros. (Curioso también que CC.OO. y UGT, conocedores de todo este percal, hayan mirado para otro lado, sin  querer darse por enterados). Otra incógnita es por qué se ha dotado ese plan únicamente con 30 millones de euros si solo procedente de los herederos de Coronita la Junta ya iba a ingresar 47. Pero la gran pregunta a responder es otra: De no haberse promulgado esa amnistía fiscal ¿Cuánto tendrían que haber liquidado a la Hacienda autonómica los contribuyentes beneficiados por la misma? Espero que alguien, por ejemplo Julio Villarrubia, algún día ofrezca una respuesta.

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